¡Y el CanSat voló!

25 de marzo de 2023. Lerín, Navarra. 14:05 horas.

El cohete cargado con los 4 últimos CanSat realizó su despegue y, en un vuelo de pocos segundos, se abrió y desplegó su carga sobre el cielo. Hasta ese momento hay varios detalles que contar previamente.

Nuestro equipo llegó a Lerín y, con todo a punto, solo quedaba esperar a ser transportados por nuestro simpático chófer hacia la zona de lanzamiento. Una vez allí, primer problema, el CanSat no entraba en el cubo de las medidas por los tornillos añadidos a última hora para agarrar bien la tapa. Así que, ¡a soltarlos! Pero, no contentos con eso, vino el único error de todo el proyecto. Resulta que un CanSat debe tener un peso mínimo de 300 g (mínimo, no máximo) y el nuestro era especialmente ligero, 186 g. ¿La solución? Sin arroz para poder rellenarlo, encontramos un martillo y nos pusimos a triturar las piedras del camino. Hubo que sacar a la planta de su compartimento y ponerla cómodamente entre todo el cableado y rellenar ese hueco con las piedras (si las metíamos entre el circuito ya sabíamos qué iba a pasar). Así que nuestro CanSat-granada (lleno de metralla) ya alcanzó los 300 g mínimos y pudo ir al cohete, sin tornillos, claro. Para solucionar este segundo problema recuerda, ten a mano siempre cinta americana. Vueltas y vueltas y más vueltas para evitar que la tapa se saliera...

Bien, el CanSat se subió al cohete y se lanzó. El cohete se abrió y los paracaídas funcionaron a la perfección. Bueno, uno de ellos se rasgó, así que podemos decir que funcionó poner dos. Con sus prismáticos, Patricia pudo seguir el vuelo de la lata y nos marchamos a buscarla. Mientras, Pablo y Raúl comprobaban que los datos llegaban (nada se soltó) y se aseguraron de guardarlos bien en el ordenador. Mientras tanto, Marta grababa todo lo que podía para que nuestros seguidores en redes sociales pudieran estar al tanto de todo.

Con el CanSat recuperado, solo quedaba ver si la planta estaba en buenas condiciones. Y, aunque una hoja había sufrido alguna pequeña arruga, sí, estaba completa. Misión secundaria también conseguida, ¡y en bastante peores condiciones de transporte que las originalmente planteadas! ¡Había conseguido soportar una fuerza de 20G!

Tras esto, nos marchamos a comer, muy bien por cierto, una sabrosa paella que la organización había puesto a nuestra disposición, y después tocó la defensa del proyecto. ¡Qué podemos decir! Mejor no pudo salir. Fluida, sin dejarnos ningún apartado y en el tiempo indicado (19' 40''). 

Luego ya disfrutamos de la Ceremonia de Clausura en el ayuntamiento de Lerín, donde recibimos el Reconocimiento al Mejor Logro Técnico (¿será por la solución de las piedras? ;).

Con esto, la actuación de la Generación 2005 de Luis Amigó Curiosity terminó, tanto en el CanSat como en los proyectos realizados. Una generación longeva, llena de ilusión y de ganas por aprender y disfrutar en el proceso. Con la que ha sido una gozada trabajar todos estos años. Ninguno somos conscientes aún del bagaje y aprendizaje que nos llevamos, pero sí podemos asegurar que la amistad entre nosotros será algo que perdurará para siempre. Juntos, hemos sido uno!!

Gracias por todo!