Directos fuimos a hacer nuestra primera ronda de robot. 310 puntos, increíble. G.O.R.D.O. se comportaba como esperábamos. Pero esta no fue nuestra puntuación más alta. La segunda ronda nos tenía preparada la mejor puntuación: 335 puntos. El máximo que nuestro robot conseguía eran 370 puntos así que G.O.R.D.O. hizo un buenísimo trabajo. Y en la tercera, la variabilidad de la mesa apareció y, aunque intentamos la misión del columpio 3 veces, no pudo ser y nos quedamos en unos meritorios 265 puntazos. El resto de la mañana lo disfrutamos bailando con otros equipos, compartiendo nuestros proyectos y aprendiendo de los demás. Banderas, fotos, risas y música adornaron todo el día, haciendo de él uno de los mejores días del año. Impactantemente, ganamos el Premio del Diseño del Robot, finalizando esta experiencia de 10 años con el premio que nos faltaba en la vitrina. Recogimos el stand y nos despedimos de la FLL. Comimos todos juntos en La Morea porque, como decía nuestra presentación de valores: “Después de cada competición, comida”. Hablamos de la experiencia, analizando los aciertos y los errores y preguntando la opinión objetiva de nuestros padres. Porque hemos acabado la FLL pero ya estamos pensando en mejorar para los próximos desafíos. Estamos felices, dispuestos y con muchas ganas para afrontar nuevos problemas, situaciones y solucionar todo aquello que se interponga en nuestro camino, juntos y apoyándonos entre nosotros.
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