Para la Feria Amigoniana de Energía y Medio Ambiente y bajo el lema “INTEGRAMOS ENERGÍAS PARA UN FUTURO SOSTENIBLE”, el equipo Curiosity hemos planteado nuestra solución basándonos en dos ejes estratégicos fundamentales, la Sostenibilidad y la Innovación. Los integrantes del equipo nos propusimos el reto de programar con Arduino ya que era una gran dificultad para nosotros. Además, como decía el difunto Steve Jobs: “programar, te obliga a pensar en más de una solución para un mismo problema y la resolución de problemas es la habilidad más importante en la vida”. La propuesta ofrece un sistema de control de ventilación para refrescar las aulas en horario no lectivo/nocturno, cuando las temperaturas decaen y suele refrescar en días muy calurosos. Por consiguiente, controlamos un motor mediante una aplicación a la que llegan los valores de unos determinados sensores de Arduino. En primer lugar, en una placa de Arduino, conectamos un módulo Bluetooth HC-06 para captar y enviar los datos de los sensores a la aplicación después diseñada. Asimismo, conectamos tres sensores: un ultra-sonidos HC-SR04, para detectar la distancia y no permitir la entrada de objetos externos por el conducto de ventilación; el sensor de temperatura DHT11, que capta la temperatura y humedad externas, y uno de gotas de lluvia MH-RD para percibir cuando llueve y así poder cerrar el conducto de ventilación y no permitir la entrada de agua a las clases. Mediante el módulo Bluetooth, todos los datos de los sensores se mandan a una aplicación programada para Android en App Inventor 2. También se podría programar en Thunkable para Apple pero esta, ofrece menos posibilidades a día de hoy. La aplicación almacena los datos de los sensores en diferentes variables. Gracias a un reloj, las variables que aparecen en las etiquetas, se van actualizando cada segundo aproximadamente. Así, se puede conocer el estado en el que se encuentra FREScHool en todo momento.
Gracias al arquitecto Victor Lizarraga y a la charla que tuvimos con él sobre la arquitectura bioclimática y las 5S, logramos descubrir cómo conseguir que su prototipo de FREScHool se convirtiera en algo real. Las 5S están referidas a las siguientes ideas sobre construcción de edificios: la primera tiene que ver con el Site, es decir, el emplazamiento donde se sitúa el edificio, que está condicionado por el clima. Después viene Solar donde se entiende que la geometría solar influye mucho ya que es fundamental para el diseño del edificio. La tercera S es Shape, que trata la forma del edificio, es decir, se construye teniendo en cuenta la concordancia con el lugar y la geometría solar. La cuarta es la de Skin, que nos habla de cómo la fachada tiene que proteger el interior, como una piel. Y por último estaría System, que habla de los sistemas o instalaciones activas que mejoran las condiciones de confort de los usuarios. FREScHool encaja perfectamente con el concepto de System porque es un sistema de ventilación creado para mejorar el estado de confort de los usuarios dentro de las clases. Para su instalación lo primero que se tendrá en cuenta será la procedencia del viento porque de eso dependerá su localización en el espacio. En nuestro caso, colocaríamos una rejilla en la parte inferior de la pared, desde donde entraría el aire frío, y otra en la parte superior de la pared, desde donde saldría el aire más caliente. De esta manera el aire pasaría por toda la clase aprovechando que la frescura del norte en Pamplona. Pero, por ejemplo, en el caso del equipo uruguayo Guaracatá, con quienes compartimos nuestras ideas, nos indicaron que allí el viento que aprovecharían vendría del sur ya que en el hemisferio sur el aire fresco sopla desde esa dirección. El tamaño de la rejilla sería 1 metro de ancho y 20 centímetros de alto y los materiales más adecuados por precio y por características serían: el aluminio, que es ligero y se le puede dar aislamiento con la rotura de puente térmico, que es un aluminio más aislado. Y otro material sería el PVC, que es un material aislante, ligero e impermeable. También, otro tipo de rejilla más sofisticada, sería la higrorregulable, ya que lleva un hilo de Nylon que cuando hay humedad se tensa cerrando la trampilla. El precio de las diferentes partes: el del sensor de lluvia unos 30€, el del sensor de viento 70€, el sensor de movimiento costaría 30€ y por último, el motor de la rejilla costaría unos 90€. Hay que destacar que el elevado precio de un único FREScHool se vería rebajado al producirlo en gran cantidad. Laura Esparza y Aitana Díaz
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